SÍMBOLO INDÍGENA "LA WIPHALA"
La wiphala es bastante más que la bandera y el emblema de la nación Andina y de los Aymara, es la representación de la filosofía andina, simboliza la doctrina del Pachamama (principio, orden Universal), y la Pachamama (madre, cosmos) que constituye el espacio, el tiempo, la energía y nuestro planeta, por eso el significado de la Wiphala es un todo. Actualmente, es símbolo de la resurrección de la cultura que fluyó de los primordiales Cuatro Estados del Tawantinsuyo.
En el centro está atravesada por una franja de siete cuadrados blancos que simbolizan las Markas (comarcas) y Suyus (regiones), es decir la colectividad y la unidad en la diversidad geográfica y étnica de los Andes. También representa el principio de la dualidad, así como la complementariedad de los opuestos, por lo tanto unión de los espacios; y así la oposición complementaria o fuerza de la dualidad, es decir: fertilidad, unión de los seres y, por consiguiente, la transformación de la naturaleza y los humanos que implica el camino vital, y la búsqueda a la que éste nos impulsa.
Los cuatro lados de la wiphala conmemoran tanto a los cuatro míticos hermanos Ayar precursores de los cuatro estados del Tawantinsuyo; como a las cuatro festividades que representan las cuatro estaciones del calendario aymara.
La parte superior de la wiphala se identifica con el sol, el día; la parte inferior con la luna, la noche.
RESISTENCIA Y LUCHA
La wiphala se convierte en un emblema de resistencia cultural de la nación originaría de los Andes.
La wiphala se convierte en un emblema de resistencia cultural de la nación originaría de los Andes.
Sin embargo, la wiphala continuó flameando en la clandestinidad y en la resistencia pacifica por muchas décadas. Ahora más que nunca los pueblos indígenas de toda América Latina levantan las wiplialas en alto desde los ayitus* (comunidades) y markas* (pueblos).
LAS DIEZ FIESTAS POPULARES QUE BUSCABAS EN ECUADOR
Es muy común encontrar en las fiestas populares o tradicionales una mezcla de manifestaciones culturales, con sus coloridos detalles, aquel compás repetitivo junto a flautas, guitarras y rondadores, que animan a todos aquellos que se inserten en estos encuentros, así sea de casualidad. Fuegos pirotécnicos, vacas locas, castillos con fuego, bebidas y comida que serán parte de estas celebraciones. Este es un listado de lo que podrás festejar en Ecuador:
Fiesta del Inti Raymi
El solsticio de verano es celebrado para agradecer al dios Inti (Sol) por la abundancia en las cosechas y a la Pachamama (Madre Tierra) por cuidar y bendecir cultivos. Celebrado el 21 de junio en casi todas las poblaciones indígenas de la serranía. Las más reconocidas se registran en las provincias de Imbabura, Cotopaxi, Tungurahua, Cañar, Azuay y Loja. La fiesta popular del Inti Raymi se caracteriza por tener danzantes que llevan sus cabezas decoradas con espejos, lentejuelas y plumas; o en el camino del Aya Huma (diabluma o diablo huma) este personaje puede girar muy cerca tuyo, con su máscara de dos frentes.
La Mama Negra
Es en Latacunga, provincia de Cotopaxi, donde la Mama Negra, conocida como Santísima Tragedia, muestra las culturas indígena, española y africana del Ecuador. Una ceremonia mágica que devela la vida de diferentes pueblos concebidos en su mestizaje. Los vecinos de este lugar rinden también homenaje a la Virgen de la Merced como demostración de agradecimiento por los favores concedidos. Se realiza primero en el mes de septiembre, como una fiesta de devotos y la segunda fecha se realiza en la primera semana de noviembre, tras año el aniversario de independencia o fiesta política de Latacunga.
La Chonta de la Amazonía
La fiesta popular que nos recuerda la recuperación de un accidente: el caso que se muestra es la mordedura de una culebra, una herida que te puede llevar al uwishin (curandero o anciana sabio), quien puede utilizar ají y hiervas medicinales para lavar la herida. Es celebrada en el mes de mayo durante la mayor producción de la chonta, una fruta amazónica. En esta celebración las mujeres salen cargadas las chankins (canastos), seguidas por los hombres que arrancan con un gancho los frutos, mientras ellas los recogen.
La preparación de la chonta es lo que recibirá la noche, donde más de uno tendrá la cara pintada con achiote, una semilla que desprende un color rojizo.
El Rodeo Montubio costeño
Es en la provincia de El Oro, en poblaciones como Pimocha y Vinces, o en los alrededores de Balzar, provincia del Guayas, donde se pueden encontrar rodeos montubios. Son fiestas populares acompañadas de mucho color, donde desfilan y compiten jinetes, hombres distinguidos, con sus trajes típicos que cuentan con el imprescindible sombrero de paja. En las competencias concursan hombres y se escoge a la “Criolla Bonita”, mujer que representará a las diversas haciendas del sector. El rodeo montubio se realiza como un homenaje al Día de la Interculturalidad y Plurinacionalidad, el 12 de Octubre.
El Carnaval de Guaranda
A puro ritmo de comparsa se enciende la fiesta más popular del Ecuador. Miles de personas se concentran cada año en la provincia de Bolívar, específicamente en la ciudad de Guaranda, para la fiesta que se sumerge en agua y música marcando el carnaval. Esta fiesta religiosa usualmente se celebra en el mes de febrero y permite compartir con los vecinos del lugar su alegría y hospitalidad, entre bailes, risas y juegos que hacen olvidar el tiempo.
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Fiesta de las Flores y las Frutas
Las calles de Ambato, en la provincia de Tungurahua, se convierten en una pasarela. Carros alegóricos, construidos por los vecinos de esta capital, recorren los barrios que se complementan con el paisaje de las montañas. Celebrada 40 días antes de la Semana Santa, el desfile de la confraternidad se complementa con la elección de la Reina de Ambato, además de la Bendición del Pan y de las frutas. Es una ronda acompañada de música y gastronomía.
La Diablada de Píllaro
La Fiesta de la Diablada se realiza todos los años en Píllaro, provincia de Tungurahua, del 1 al 6 de enero. Según cuenta la leyenda, las comparsas representan a un diablo que llegó a América con el cristianismo. Es en esta fiesta donde el indio salta, baila y se alegra transformado en diablo, colocando en su rostro grandes máscaras. Esta ancestral fiesta se expresa en la danza de todas las comunidades del cantón, que en círculo muestran su ritmo y en sus manos nunca falta una muñeca, la botella de licor y un pañuelo.
Cerveza de yuca en Sarayaku
En la provincia de Pastaza, en la amazonía ecuatoriana, se prepara la cerveza de la yuca y para ello hay una fiesta. Las mujeres de la etnia Sarayacu recogen la yuca de la huerta, mientras los hombres se van de cacería. La mujer cocina la yuca hasta que pueda ser masticada. Luego todas se reúnen y comienzan a masticar la yuca con el sonido del tambor, que da señales del inicio de una fiesta que acerca a la comunidad, para celebrar un ritual que se realiza en febrero.
El Paseo Procesional del Chagra
Machachi, en la provincia de Pichincha, recibe a sus visitantes vestidos con zamarros, ponchos, bufandas y sombreros. En julio, los locales desfilarán en sobre caballos, junto a las aplaudidas bandas de pueblo, en honor a la cantonización de Mejía y la cultura campestre del sector.
El Yamor
En Otavalo, provincia de Imbabura, en el mes de septiembre, se celebra una fiesta popular dedicada a una bebida sagrada: el Yamor. Esta se realiza con maíz y sirve para agradecer a la Pacha Mama (Madre Tierra) por su abundancia, además de ser un tributo a la virgen María de Monserrate. Aquí se vislumbra el mestizaje de creencias.
John Murra fue una de las personalidades más importantes en el conocimiento del mundo andino. Antropólogo y etnólogo de origen rumano, nacido en Odessa en 1916 (actual Ucrania) desarrolló gran parte de su vida académica en norteamérica y ejecutó sus conocimientos en las zonas andinas de Perú, Ecuador y Bolivia.
ESTUDIOS DE LOS INCAS
Su estudio comprendió el análisis de los recursos del campesinado andino en el esquema de producción socioeconómica. Amigo de José María Arguedas y pionero de los conceptos modernos de la antropología en dicha región desarrolló su hipótesis sobre el archipiélago vertical o teoría del control vertical de los pisos ecológicos andinos.
Como un homenaje a su persona publicamos una entrevista* que le hiciera el peruanista John Rowe en la revista Sociedad y Comunicación del 18 de octubre de 2006. La traducción fue hecha por Martha León Urdaneta
John Murra vivió sus años de primera juventud en Rumania. Allí, motivado por un ambiente con estímulo a las vocaciones literarias, obtuvo trabajo como cronista deportivo de un diario local con solo quince años. A los diecisiete, tradujo la trilogía U.S.A. de John Dos Passos.
Murra perteneció a las juventudes de la Social Democracia, por lo que fue expulsado del liceo donde estudiaba cuando cursaba el último año. Llevado por su padre, trabajó en las fábricas de papel de Croacia. Entre 1933 y 1934 fue detenido varias veces por su filiación marxista. En 1934 huye a Chicago donde estudia Sociología, disciplina con la que se gradúa en 1936. Ese año se enroló en el batallón Abraham Lincoln de las Brigadas Internacionales que combatió en defensa de la legalidad republicana en la Guerra Civil Española (1936-1939).
Regresa a Chicago, donde a inicios de los años cuarenta se dedica al estudio de los aborígenes norteamericanos. En 1943, Donald Collier y Wendell C. Bennett, en el marco de una investigación sobre grupos indígenas de Ecuador, lo contactan con fuentes documentales de etnohistoria andina. A partir de allí inicia sus estudios sobre el área andina.
Fue profesor en las universidades de Chicago, Vassar, Puerto Rico, Yale, Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Perú, y Cornell de donde fue profesor emérito. También fue Presidente del Instituto de Investigación Andina.
Murra ha sido autor de los ya clásicos The Economic Organization of the Inca State (1956) Formaciones económicas y políticas del mundo andino (1975), entre muchos otros, y co-responsable de la edición crítica de la Nueva Crónica y Buen Gobierno de Guaman Poma de Ayala junto con Rolena Adorno y Jorge Urioste en 1980.
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